NVIDIA y MediaTek se Alían con un Propósito: Dominar Todo el Mercado de los Monitores con la Tecnología G-SYNC
POR REDACCIÓN
Las tecnologías de refresco adaptativo tienen un impacto muy beneficioso en la experiencia de los jugadores porque, entre otras razones, previenen la aparición de dos defectos en las imágenes que pueden resultar molestos: el tearing y el stuttering.
El primero provoca que la imagen quede deformada por una línea que la atraviesa horizontalmente de un extremo al otro, y el segundo induce la aparición de unos pequeños saltos en la cadencia de imágenes que reducen la fluidez y pueden arruinar nuestra experiencia.
soluciones de sincronización adaptativa muy eficaces, como VRR (Variable Refresh Rate), que está asociada a la norma HDMI 2.1, o FreeSync, de AMD. NVIDIA nos propone desde 2013 G-SYNC, una tecnología de refresco adaptativo muy capaz que desde entonces ha ido refinándose para mejorar sus prestaciones introduciendo, entre otras innovaciones, una profundidad de color de 12 bits o una técnica que permite minimizar con eficacia la latencia.
El talón de Aquiles de G-SYNC es que se trata de una tecnología propietaria que requiere la presencia de hardware dedicado en los monitores compatibles con ella, lo que en la práctica la ha relegado a las pantallas decididamente prémium o de gama alta. Afortunadamente, NVIDIA se ha dado cuenta de que si quiere que su tecnología de refresco adaptativo llegue a muchos más jugadores tiene necesariamente que encontrar la forma de abaratar el precio de los monitores que la incorporan. Y para lograrlo ha firmado una alianza con MediaTek.