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Carlos Marx, un Ejemplo de Lucha y Abnegación

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POR REDACCIÓN

​Se cumplen 141 años de la muerte de Carlos Marx: Nació el 5 de mayo de 1818 (siglo XIX). Hace 206 años, en Tréveris, ciudad de la provincia prusiana del Rin (Renania). Vivió 65 años, pues murió el 14 de marzo de 1883. Al terminar sus estudios de bachillerato, (agosto, 1835) su profesor le pidió, escribiera sus consideraciones para elegir carrera, es decir, la “profesión que deseaba estudiar” y a la cual dedicaría su vida.

El joven de 17 años escribió:
“…Uno no siempre puede elegir la carrera por la que siente vocación: nuestras relaciones en el seno de la sociedad, en cierta medida, empiezan a conformarse antes aun de que podamos influir de manera determinante sobre las mismas… El criterio principal por el que debemos guiarnos al elegir la carrera debe ser el bien de la humanidad…

El hombre que solo trabaja para sí mismo puede convertirse, quizá, en un famoso científico, un gran sabio o un excelente poeta, pero jamás llegara a ser un hombre verdaderamente perfecto y grande…
​Si uno ha elegido la carrera en la que más puede hacer por el bien de la humanidad, nunca se doblegara bajo las cargas del oficio, porque se trata entonces de un sacrificio en aras de la felicidad de todos; lo que experimenta entonces no es una dicha despreciable, limitada, egoísta, sino un estado de felicidad que pertenece a millones de personas… (Carlos Marx, edit. Progreso Moscú, 1988)

​Su principal característica: la congruencia, lo llevo a cumplir lo que había pensado y determino hacer a sus escasos 17 años. Es está una gran lección para la juventud que termina en unos meses más su educación del bachillerato.

​Dedicó su vida a estudiar y luchar, luchar y estudiar. Incansable creó el “método de estudiar”, apropiándose de la teoría –el conocimiento científico alcanzado hasta su época– y aplicándola en la práctica, para explicar la realidad en que vivía, sus causas y, el camino, la senda para transformar esa realidad, como lo dijo en su escrito: en bien de la humanidad. Con su esfuerzo fue descubriendo y creando a la vez, la ciencia del Materialismo Dialéctico e Histórico, que le permitió formular la ley del desarrollo de la historia humana: la ciencia del desarrollo social.

​Que el hombre necesita primero proveerse de los bienes necesarios para su vida, es decir para subsistir como especie, como hombre, y que la producción de estos bienes genera toda una serie de relaciones que le permitirán desarrollarse también en su aspecto espiritual: su capacidad de pensar.
​La base económica, la manera en que produce el ser humano como ser social, genera una estructura, sobre la cual se desarrolla una superestructura: institución política, jurídica, ideas o concepciones, es decir, ideas religiosas, la cultura que conforman toda una época. Pudo desde entonces establecer el camino histórico del desarrollo de la sociedad: la comunidad primitiva, esclavismo, feudalismo, capitalismo y comunidad científica.

​Pero no sólo esto; Marx descubrió también la ley científica que mueve al actual modo de producción capitalista y la sociedad burguesa creada por el: el descubrimiento de la plusvalía –el cómo se crea la riqueza– iluminó como un faro los problemas, las investigaciones anteriores de los economistas de la burguesía y de quienes criticaban su descubrimiento.

​No olvidemos que quien gobierna el país, declaró públicamente que la plusvalía no aplicaba en nuestro país, pues aquí los burgueses, los ricos se habían enriquecido por la corrupción, que él (AMLO) acabaría con ella, y con la pobreza del pueblo de México. Esto a 140 años del descubrimiento científico de la plusvalía por Carlos Marx.

​Hace 141 años fallecía un 14 de marzo de 1883. Leyendo lo que su entrañable amigo y compañero Federico Engels escribió, tanto al comunicar su muerte como al despedirlo en el cementerio de Highgate de Londres, Inglaterra –en aquella mañana de agosto de 1835– donde descansa; podemos ver la congruencia de sus palabras, pensamiento y acción.

“…ha dejado de pensar el más grande pensador de nuestros días. Es de todo punto imposible calcular lo que el proletariado militante de Europa y América y la ciencia británica han perdido con este hombre.”
“Y ha muerto venerado, querido, llorado por millones de obreros de la causa

revolucionaria, como él diseminados por toda Europa y América, desde las minas de Siberia hasta California. Su nombre vivirá a través de los siglos y con él su obra. (Ibid.)

​Son ya dos siglos desde su nacimiento y sigue siendo el faro que ilumina la lucha del pueblo trabajador, el proletariado. “La ciencia era, para él, una fuerza motriz de la historia, una fuerza revolucionaria, en poder del pueblo trabajador.” ¡Carlos Marx, vive!